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Arándanos asturianos en paladares de toda España
por Alcampo | Jul 30, 2020 | Comercio Responsable

Economista, asesor fiscal y desde hace ocho años también agricultor y productor de arándanos de montaña en el suroeste asturiano. Así es José Manuel Pulido quien en 2011 y junto a su hermano se propuso hacer realidad dos sueños: dar una segunda vida a las tierras que antes habían trabajado con frutas y ganadería sus padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos; y lograr que su producción ecológica pudiera comprarse más allá de su región haciendo suya la filosofía del campo a la mesa. Dos sueños que se han cumplido gracias a su perseverancia y buen hacer, y a la apuesta de Alcampo para defender sabores de siempre y la creación de empleo en zonas rurales para repoblar la España vaciada. Ésta es la historia de quienes están detrás de estos arándanos asturianos que ya pueden ser degustados por los paladares de toda España.
A sus 47 años, José Manuel Pulido puede presumir de haber llevado a todo el país los arándanos ecológicos que desde hace ahora ocho años cultiva junto a su hermano en las tierras en las que sus padres anteriormente trabajaron con ganadería vacuna. Unas tierras que quedaron vacías y que de no haber sido por su iniciativa habrían sido pasto del abandono.
Defensores de la producción local, del sabor tradicional y de la agricultura ecológica y por tanto sin pesticidas, José Manuel Pulido y su hermano decidieron embarcarse en 2011 en la plantación de arándanos para dar a la tierra de sus padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos una segunda oportunidad.
“Somos la quinta generación de una familia que siempre ha cuidado de estas tierras con plantaciones de ciruelas, manzanos o higos y después con ganadería, y nunca nos planteamos abandonarlas ni venderlas. Queríamos hacer algo diferente, diversificar y aportar valor al campo y la sociedad”, explica Pulido.
Repoblar una España demográficamente deprimida
Misión cumplida. Gracias a las siete hectáreas que ocupa la soleada finca de los hermanos Pulido, el pequeño pueblo de La Mesa donde se ubica la plantación, en el concejo de Grandas de Salime, ha visto generarse empleo y un pico de repoblación en una zona demográficamente muy deprimida, con menos de un habitante por kilómetro cuadrado, con muy pocos jóvenes y sí una inmensa mayoría de jubilados.
Entre estos últimos se encuentran los padres de estos dos agricultores que según indica José Manuel “han rejuvenecido viendo cómo sus tierras, que antes de a mis tatarabuelos pertenecieron a la iglesia, recobraban vida”.
Esa nueva vida comenzó en 2011 cuando estos dos hombres decidieron lanzarse a esta nueva aventura, a la que el hermano de José Manuel, antes repartidor en Gijón, ya se dedica a tiempo completo. Sin embargo, tuvo que esperar para poder hacerlo. Y es que como recuerda José Manuel con las plantas de los arándanos “hay que ser pacientes y esperar entre cuatro y cinco años para que crezcan y den frutos”.
Generadores de empleo
No sólo eso. En esos primeros años, estos agricultores tuvieron que hacer una poda intensiva de sus plantas para robustecerlas. De ahí que al principio empezasen con producciones pequeñas.
Actualmente, los hermanos Pulido cifran en unos 45.000 los kilos de arándanos que este año recogerán en las 4,5 hectáreas que tienen dedicadas a la producción en su finca asturiana. “Estamos entre un 75% y un 80% de nuestra capacidad de producción, y tenemos más terreno para plantar”, matiza José Manuel.
La recolección de dichos arándanos, a los que este agricultor define como “dulces de sabor, crujientes en su textura y azulados casi negros en su color”, empezó la última semana de junio y se extenderá hasta la primera quincena de octubre. Un tiempo en el que la finca dará empleo a unas diez personas a las que se suman las cinco que trabajan en la sala de envasado, también en la finca de estos hermanos.
Este envasado -recuerda Pulido- es sostenible al contar con una bandeja de cartón reciclado con certificación FSC y una tapa superior de plástico de fácil separación y reciclado donde se albergan 500 gramos de arándanos.
“La sala del envasado ha sido nuestra última inversión, que no ha sido ni mucho menos la primera. Antes ya habíamos acondicionado una parte de la finca para hacer oficinas y cámaras de conservación para el producto, y rehabilitado la casa que había en estas tierras para que durante la recolección los operarios pudieran vivir en ella”, explica.
Los arándanos de esta finca también dan empleo en los meses más duros del invierno asturiano. Y es que de diciembre a marzo se lleva a cabo la poda de sus plantas, que requiere de tres trabajadores, mientras que de abril a junio se hace la limpieza de la finca con un desbroce manual fiel a la producción ecológica.
Alcampo Producción Controlada
El mimo y los cuidados que los hermanos Pulido han dado a su finca y a su producción ha contribuido a que además de cumplir el sueño de dar una segunda vida a las tierras de sus antepasados, sus arándanos también hayan podido viajar más allá de Asturias, sin por eso tener que pagar un peaje impagable a intermediarios entre el campo y la mesa. Y es ahí donde Alcampo entró en juego.
“El año pasado fue la primera vez que vimos la oportunidad de vender nuestros arándanos a Alcampo, que se ha comprometido a comprar el 100% de nuestra cosecha, incorporando así a su surtido Alcampo Producción Controlada arándanos de temporada”. Esos arándanos provienen de la finca de los hermanos Pulido y de otras tres de Grandas de Salime, todas ellas fincas de alta montaña.
Alcampo Producción Controlada acoge productos desarrollados desde el primer momento con los productores y busca la recuperación de sabores y olores de antaño, teniendo además en cuenta otros factores como el tipo de producción, el bienestar animal, la estacionalidad, la sostenibilidad, la reducción del uso de pesticidas, etc. En total se pueden encontrar en los lineales más de 170 de productos Alcampo Producción Controlada, de más de 70 productores.
Productores como José Manuel Pulido que no sólo defienden un buen hacer agrícola, sino que con su apuesta defienden la tierra de sus padres y abuelos, nuestras tierras.